domingo, junio 29

El padre de la patria contra las mujeres vampiro en toppless


Una época tibia como agua de garrafón,
merecida, diría esta meretriz clavándome
las agujas de sus zapatos
en las mejillas plateadas:
a mí que organicé las fiestas de la libertad
y bebí pulque de un fresco guaje
mientras acuchillaba a mis enemigos noche a noche
y tanto así que hasta perdí la cabeza
pero nadie podría obviarme
como a esas devaluadas monedas
de diez centavos
que todo mundo guarda en los bolsillos.

viernes, junio 27

Perorata

He acumulado palabra sobre palabra,
algunas pesan menos que otras, algunas ni tienen
peso, pero pesa haberlas habitado, desvirtuado,
hecho cenizas en monocordes versículos.
Quién se arremanga la camisa, vuela las líneas de atrás
con dinamita marca Acme.
Dígase entonces que cerrar los ojos,
mirar el rojo encendido por el sol,
ingerir sustancias contaminosas, embestir en un radio
de veinte metros los dientes imbéciles en cuerpos
huecos de cabeza. Y hay que mentir, mentirse,
esperar que los años unan o desunan, hacer filmes
de cómo ha crecido la ideología, la logia
de los corazones abigarrados. Desisto, me vuelvo contra mí,
Salicio, y no recuperas el bastón de mando
ni lo descongelas.
Estos oídos no soportan más agudezas,
deteriorada la garganta, lacrimógeno el cerebro
dividido siempre en tres, y esos tres en otros consecutivos dos:
engañarse es una opción, en realidad se divide
en miles de conductos que transportan materia prima
a la lengua en sus tratos con el paladar
y los dientes, apretados. Hace calor, nos gobierna
el clima y un presidente sin manos ni cerebelo
para esquilmar, no podemos movernos de donde
los granaderos nos han cercado,
el hábito de trozar los sueños
antes de que cobren nitidez.
Contengo donde solía latir
un órgano gótico mal afinado,
se deshace tal hule espuma. Tú no comprendes
esta edad de trituraciones, Salicio, ponte a navegar
la red, a echar la red si lo deseas, es una sugerencia
ahora que la realidad puede caernos encima
en el momento esperado.

Efervescencia

Esdrújulas atribuladas,
sin tribuna: tan poco.
Efervescentes, casi líquidas,
al borde de la cosa.

jueves, junio 19

Foto-relámpagos


Plagio observa las estrellas acostado sobre una manta
durante un campamento cerca de Guachimontones,
intenta atrapar en las pupilas uno de esos meteoritos
que dicen lluvia. A su lado, a mil quinientos
kilómetros de distancia,
yace una asesina: así le ha dado por llamar
a esta rubia que le tatúa en el brazo
la efigie de sí misma agitando el pañuelo
a un tetrarca bárbaro solidario con el Gran Khan.
Plagio interrumpe o intenta interrumpir
el monólogo que de pronto
se oye a unos cuantos centímetros, tanto así
que su aliento le roza el cuello como una cuchilla:
pero no le toca. El cielo se ilumina desde lejos
por relámpagos que no alcanzan a rayarlo, cubierto
de nubes hepáticas,
ella dice NO: Alguien, entre las casas de campaña,
toma fotos. Plagio recuerda ese chiste
de españoles o argentinos, ya no sabe, que sonríen ante un cielo
infartado. Y no duda, esta rubia
que ha asesinado días, cuartos de día, horas gratuitas
y otras muy costosas, piensa que no se equivoca
mientras habla una lengua extranjera, la de las hormigas,
como si la comprendiera de veras.


domingo, junio 15

Recuento del domingo

Los álamos recrudecidos un día de junio, tarde entera de likes en Facebook, el libro usado y ajeno Casi el paraísovideos gratis de “rubias bellezas”, La manzana en los labios de la chica en bicicletala sensación de que pronto va a amanecer.