miércoles, diciembre 25

Simple

Qué poco interés tengo en quedar bien con las orugas
apostadas en la piedra pómez del jardín,
pues qué significa un jardín sino la esclavitud
de la hierba salvaje, dada al caos,
a la libertad de las esporas.
De verdad te digo: la sangre en el papel
nada tiene que envidiar a aquella en los pulmones,
aunque sea una farsa, la muestra de lo perdido
y encontrado
o el objeto más inesperado.
Te lo comento quedito, a ti que gustas de la dialéctica
patética y patentada —emparentada,
es un privilegio estar vivo, elegir
palabras acariciadas bajo la lengua
tal mascotas domésticas
y arrojarlas desde este silencio de cojines salivales
al ruido de la ciudad.

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