Había que eludir la glotonería de las espadas,
los escudos entusiastas
del fétido olor a coágulo.
del fétido olor a coágulo.
Pero César era
sal de conquista.
¿Acaso Pompeyo
no sabía apreciar el resplandor
de la grandeza?
Sin duda le guardaba estima,
de ahí que quisiera doblegarla.
no sabía apreciar el resplandor
de la grandeza?
Sin duda le guardaba estima,
de ahí que quisiera doblegarla.
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