que escucha un zumbido todo el tiempo.
Quienes padecen tinnitus han sido acusados
de asesinar al médico que les da la noticia:
no hay quién pueda curarlos.
Nadie está a salvo de su insidia, ni siquiera
ellos mismos: una plaga serrucha sus neuronas.
Es como si tuvieran un corto circuito ad infinitum
o experimentaran un bucle de tiempo
en que explotara su cabeza sin salida.
Torpes, se tambalean en esta realidad que no puede
entrar de golpe en sus oídos.