domingo, agosto 5

Metamorfosis

Me encuentro sin encontrarme en la casa de campo
de mis padres. Los sobrinos esperan a romper
la piñata de Superman repleta de Pelón Pelo Rico,
paletas De la Rosa o chocolates M&M.
Los músculos me duelen por la resaca, pero no tanto
como a Superman en cuanto desayunemos.
Pobre Superman: su tragedia nos traerá dulces a todos,
reiremos de su desgracia, nos empujaremos unos a otros
por el generoso regalo que nos ha dado al caer vencido
como un dios destazado entre muecas de felicidad
para formar parte del mundo en el bote de basura.