viernes, diciembre 8

Las mujeres que me han abandonado

ahora son directoras de teatro, madres
de gemelos rubios, estudian becadas
en el extranjero, van a Chapala con su familia
una vez al mes, viajan por Europa y
hasta son voluntarias en Nigeria, odian
a los hombres como yo, coleccionan gatos,
corren cada mañana entre edificios derruidos,
escriben cuentos de ciencia ficción ambientados
en Guadalajara, hacen memes, van a cursos
de cocina vegana, leen novelas de rumanos
mientras andan en bicicleta, se besan
con otras mujeres, se emborrachan
por otros hombres, se casan con chilenos en yates
de Valparaíso, huyen con argentinos de provincia
y hasta con ecuatorianos locos, son grandes amigas
de mis amigos, aprenden inglés para subir de puesto,
hacen dieta, aprenden francés, se hacen las que no
me conocen, me abrazan en los largos pasillos
de la nostalgia, dan lecturas en mi contra, me dedican
poemas de terror, poemas macilentos, eso dicen.