lunes, mayo 30

Escritura y letargo


Hace cuentas viéndose a sí mismo en la pantalla de su Mac. Del fin de semana, la pesadez de su cerebro y del letargo acumulado en sus dedos que escriben y no quisieran hacerlo sino cuando no haya nadie observando.

M 30 05 16

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domingo, mayo 8

El empalador de moscas

Mi abuelito Fortunato las mata con una liga:
apunta y las alas quedan libres, van cayendo
mientras una pequeña mancha roja 
se imprime rauda en la pared.
Parece admirar a detalle el milagro de su vuelo:
las examina y, como aquel que ama la precisión,
desbarata todo rastro de vida en ellas.
Mi primo Alfonso hizo una larga lista de las formas
en que ha sido capaz de atraparlas:
utiliza cada recurso a su alcance, no deja morir
ninguna idea.
Solo es la excepción este indeciso lunar negro
que se pasea como retándole –ahora duerme–
por la blanca manga de su camisa.



sábado, mayo 7

Un heterónimo que nadie llamó pretende usurpar a otro heterónimo

Llegas a beber de mi cerveza, a apropiarte
de mis palabras y ver con mis ojos
años de convenciones a través de los cristales
de la ideología, el cerebro amañado
y la risa expropiada a un álbum de familia.
Estos son los álamos que nunca fueron míos
y de pronto recuerdo regar.
Y esta, mi silla entre los muertos.

viernes, mayo 6

Déjà vu

Los ojos pesan como un par de sandías o dos esferas para jugar bolos. La saliva se espesa, el cerebro no puede ni caminar dos pasos por este cínico entramado de tinta virtual.

M 06 05 16

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miércoles, mayo 4

Autopista y objetos perdidos

Etrusco, deja de contar las piedras que fueron
parte de tu casa: un vendaval de políticos
pasó por aquí para dar lugar a una autopista,
sin dejar pistas. Ahora hay más cielo,
puedes sustituir lo perdido por ese reflejo oscuro
de una parte de ti, piensa que podrás arrojar cuanto objeto
esté dispuesto a ser algo más de lo que ha sido
al resignificarse contra el parabrisas sorprendido de los autos.