sábado, noviembre 22

Autorreferencial

Extravió el síndrome
de la felicidad
cuando no era consciente
ni sabía nada del mundo:
antes de destruirlo.

miércoles, noviembre 19

Una libertad

Este que imagino, me imagina cayendo de un edificio sólo por el gusto de verme suspendido durante unos segundos y tocar la plancha del concreto con mis narices. ¿Qué puedo agregar a lo que he llamado mi yo lírico y es más bien una personalidad fallida? Unos datos básicos de identificación, mi tarjeta de crédito o esa deuda que aumenta con el tiempo, una licencia caduca para rodar de un lado a otro. Y allí, rezagada al fondo de mi garganta, la esperada claridad.

sábado, noviembre 8

Qué ha sido de todo



Es como si dijera a un par de cormoranes:
este no es mi mundo. Y en lo que termina por ser,
las bancas se quedan vacías, los esteros rechinan
con olas de eterno kilometraje.
Son instantes que no sirven ni para el recuerdo,
florituras de un embarque de cajas vacías,
un entramado de confabulaciones
sin fábula.
El amigo se ha ido y es posible que la posibilidad
haya sido derrotada. Yo le dije
pero preferí callar y arrojar el ancla
a un lenguaje sin fondo.
Son estas venas en la madera, testimonios
de los almacenes a la orilla del puerto
que viaja sin detenerse hacia sí mismo,
cada vez más despostillado. Enfrente, las grúas
parecen mendigar la luz del sol boicoteada
por nubes que no pueden callarlo.

lunes, noviembre 3

Pequeños detalles

En la calle oscura un gato negro
te observa tras la reja.
Hablas y al hablar se despliega una pregunta
que no logras eludir en otros días
de normalidad y de hacer cuentas con los gastos
y el desgaste de los años se va acumulando
hasta que la juventud es un cómic descontinuado
desechado a la primera oportunidad.
No puedes alejarte demasiado de tu voz
a menos de que consientas en perderla
en los pequeños detalles que te pasaron de largo.