sábado, octubre 13

La llamada



Las damas de negro tomaron su violín
      A fin de jugar, de espaldas al espejo.

El viento se desvaneció como los mejores días
   Para mejor escuchar la música obscura.

Pero casi enseguida, por un gran descuido
     El violín murió en los brazos de las mujeres

     Como un niño desnudo que se ha dormido
                       En medio de los árboles.

     Nada parecía poder animar
El inmóvil arco, el violín de mármol,

     Y fue entonces que en lo profundo del sueño
Alguien me susurró: “Sólo tú podrías,
                                Ven ya.”


Jules Supervielle 
De Les Amis inconnus
(Versión mía)

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