Las damas de
negro tomaron su violín
A fin de jugar, de espaldas al espejo.
El viento
se desvaneció como los mejores días
Para mejor escuchar la música obscura.
Pero casi
enseguida, por un gran descuido
El violín murió en los brazos de las
mujeres
Como un niño desnudo que se ha dormido
En medio de los árboles.
Nada parecía poder animar
El inmóvil
arco, el violín de mármol,
Y fue entonces que en lo profundo del
sueño
Alguien me susurró:
“Sólo tú podrías,
Ven ya.”
Jules Supervielle
De Les Amis inconnus
(Versión mía)
De Les Amis inconnus
(Versión mía)
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