El límite del control
Has venido a no
morir, rata de cartón, pulóver, mirilla de franco tirador, pino de vieja
guitarra con resonancia de alacranes. Has venido por un palmo de narices frías
a la cumbre de la montaña que ulula. Has venido contando los pasajeros de la
calle cardada. Has venido con tu traje verde a apagar el juego como boxeador
reprimido dentro de una caja de cerillos.
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