viernes, diciembre 19

Tanto rebota entre las paredes del cráneo

Me gustaría a veces adivinar no qué piensan las personas detrás del cráneo, no qué razón les motiva a hacer lo que hacen, sino por qué sienten la obligación de hacer esto o aquello, comportarse de tal o cual manera, por qué pensar como piensan.
Tal vez el sentimiento menos complicado sea el amor, si bien las complicaciones que contrae devienen de que, como estamos hechos de una materia que a sí misma con el tiempo se nulifica, nada puede ser tan perfecto como quisiéramos.Un instinto, un impulso extraordinario -fuera de orden- nos lleva a volver hacia nuestros más primarios sentimientos y en consecuencia no sólo a escucharlos, a dejar que nos dominen.
No siempre puede hablarse de la ira, el más impulsivo de los instintos. Ese fuego reactivo y reparador que únicamente permite rehacerse al fénix de nuestro amor propio sobre las cenizas de lo segado. Me refiero a la ira ligada con nuestro ser, no a aquella que nos aleja de él.
De ahí que recuerde el verso de una canción brasileira que escuché hace unos días, ante la que mi brodi Serg Ríos reaccionara con agrado: "mi mejor amigo es mi amor". Lo demás viene sobrando.

N 19 12 08

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1 comentario:

DORA MORO dijo...

Tu amor por ti mismo?

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